EL ETERNO PROBLEMA / COLUMNA CON ISAAC MEJÍA

Por Isaac Mejía. 10 de septiembre de 2024

Al mediodía del pasado viernes 6 de septiembre, sobre Loma de Balvanera, en el Municipio de Corregidora, el empresario queretano Jesús Calderón y su escolta viajaban en una camioneta de lujo cuando fueron emboscados por un grupo de hombres armados que se transportaban en al menos cuatro camionetas.

Los sujetos, fuertemente armados, abrieron fuego con armas de grueso calibre contra la camioneta del empresario. El vehículo de escolta repelió la agresión, lo que desató una balacera y persecución durante varios minutos.

Y no es para menos. Cifras oficiales del Laboratorio Universitario de Seguridad Ciudadana, con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, indican que el estado de Querétaro terminó el año 2023 en el lugar número seis con mayor tasa de incidencia delictiva del país por cada 100,000 habitantes. Es importante mencionar que este puesto lo ocupa desde la entrada de gobiernos panistas al estado. No obstante, la inseguridad no es ajena ni propia de un color o partido político; este cáncer permea en cada rincón de nuestro país.

La delincuencia está cada vez más grave y no da tregua. De diciembre de 2022 a diciembre de 2023 se registraron 31,020 homicidios, poco más de 689,000 robos, 1,289 secuestros y 3,000 feminicidios; estos son los delitos que más duelen a México.

Según una encuesta de Grupo Reforma realizada este año, seis de cada diez mexicanos consideran que el tema de inseguridad en nuestro país debe o debería ser prioritario en la agenda de la próxima presidenta.

¿Por qué sirve de algo que suban el salario mínimo si en el transporte público un asaltante te roba tu sueldo? ¿Qué beneficio trae a una joven un empleo de “Jóvenes Construyendo el Futuro” cuando, al salir del trabajo, es violada y asesinada?

Es cierto que López Obrador heredó de Peña Nieto este continuo y, por lo visto, creciente cementerio, y él a su vez lo adquirió de Calderón; así podríamos seguir repartiendo culpas entre cada administración, sin conseguir mejoría y hundiéndonos cada vez más.

El no asumir responsabilidades y seguir con la distribución de daños de sexenios pasados, para no menguar los puntos de aprobación, es una forma de corrupción. Tristemente, en nuestro país y estado hay programas o iniciativas asistenciales, pero no una estrategia de seguridad.

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